The Garden Cafe: 4 cosas que pocos conocen sobre la historia de nuestro restaurante.

Hola! Desde hace 14 años hemos compartido algunos aspectos de como nació The Garden Cafe, el proceso de aprendizaje, de adaptación y crecimiento. Hoy te contamos 4 elementos de nuestro restaurante que muy pocas personas conocen :) esperamos lo disfrutes!

  1. Nuestro nombre:

    The Garden Cafe fue un nombre que escogimos hasta el momento cuando entramos a esta bella propiedad colonial en Granada.

    Era obvio que ese tenía que ser el nombre. No solamente por la arquitectura del espacio sino por el concepto que teníamos en mente—un lugar para desayunar, almorzar o cenar comida fresca en armonía con la naturaleza. Aunque debo de confesar que cuando llegamos aquí por primera vez en realidad no había un jardín pues la casa no había sido habitada por muchos años, había un espacio con un enorme potencial para un bello jardín.

    The Garden Cafe no era el nombre del café que habíamos estado creando en nuestras mentes y conversaciones, tampoco era el que teníamos plasmado en nuestro plan de negocios. El nombre que teníamos pensado en ese entonces—hace 15 años— era The Grasshopper Cafe. Si, es cierto…los saltamontes se comen las plantas. Pero también son un símbolo de “buena suerte” en muchas culturas: principalmente porque son capaces de conectar y entender las vibraciones sonoras y además porque siempre saltan hacia adelante—nunca hacia atrás ni a los lados. Por eso también comúnmente se les conoce como esperanzas y por eso en algunas situaciones hablamos de dar “un salto de fe” o del “leap of faith” en inglés. Hoy continuamos creyendo y viviendo esa filosofía pero no necesariamente a través del nombre.

 

En esta imagen les comparto el frente de The Garden Cafe hace 12 años. Y así nos mirábamos Damien y yo con una docena menos de años.

 
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2. Nuestra ubicación:

Cuando empezamos a planificar la apertura de este proyecto, Damien y yo éramos estudiantes universitarios en Ave Maria College, ahí fue donde él y yo nos conocimos. Al acercarse nuestras graduaciones y pensar en proyectos pensábamos que un café con alimentos saludables en nuestra ciudad universitaria (San Marcos) era una genial idea. Para nuestra suerte, nuestros padres pensaron que era una pésima idea que además no estaban dispuestos a apoyar. El resultado de eso fue que buscamos otras ciudades con mayor potencial y además donde verdaderamente quisiéramos vivir a mediano y largo plazo. Al fin y al cabo un restaurante, al igual que muchos otros emprendimientos, requiere de un compromiso serio y para poder asumirlo es necesario comprometerse también con la ciudad donde se llevará a cabo.

3. La planificación:

Lo mencioné arriba, nuestros padres no estaban en ningún apuro por apoyar nuestra idea. Eso hoy lo vemos como una gran bendición porque nos permitió o más bien nos obligó a planificar mucho mejor. Durante 2 años estuvimos construyendo este sueño en papel, visitando lugares, viajando, explorando conceptos y visualizando todos los aspectos de nuestro café. Cierro este párrafo mencionando que esos 2 años de planificación no fueron más que un entrenamiento para lo que se nos venía. Planificación y re-adaptación sin fin.

4. La remodelación:

La remodelación inicial de The Garden Cafe duró 6 veces la cantidad de tiempo que habíamos proyectado y al menos el triple del costo. Iniciamos en Enero del 2007, 6 meses después no nos sentíamos listos aún, al no tener ya más fondos que seguir invirtiendo fuimos lanzados al agua por los mismos seres humanos maravillosos que nos dijeron “no” en un comienzo (nuestros padres). Recuerdo perfectamente las palabras: “abren hoy o abren hoy. No hay más que esperar.” Y así, temblando del miedo, abrimos sin mucho alboroto.

La remodelación fue in-tensa, no teníamos nada de experiencia con edificios coloniales y parte de nuestro equipo de construcción tampoco, entonces como decimos en buen nica “nos salió la virgen”!. Rompimos paredes para meter el sistema eléctrico y eso detonó una serie de sorpresas increíblemente costosas. Recuerdo también que desmontamos las puertas de madera de la casa para restaurarlas—24 puertas de más de dos metros de alto cada una. Eso atrasó todo el proceso por meses. Puedo concluir sin ninguna duda que el reto más grande fue con las tuberías y conexiones de aguas grises, un tema del cual aún no puedo escribir o hablar sin que se me altere el sistema nervioso.

 

Aquí esta el jardín con el que abrimos. Hoy tenemos más bien una pequeña jungla visitada por aves, colmada de plantas que se han fortalecido y reproducido con el tiempo.

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Hay muchas lecciones poderosas que contar y una gran cantidad de elementos del proceso de montar, desarrollar y mantener vivo un restaurante que les quisiera compartir, pero por hoy les dejo esas 4.

Luego de más de 13 años desde que iniciamos el proceso de apertura, seguimos aprendiendo y adaptándonos a las necesidades del contexto y esa es la lección más grande que hemos aprendido.

 

La verdad es que hicimos una buena elección. Estamos felices de haber escogido Granada para nuestro café y para nuestras vidas. Y aunque el recorrido no ha sido nada fácil, agradecemos todas las lecciones y a las tantas personas que han apoyado este proyecto.

 
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